…La Fan, por favor. Una noche en el carro, camino a casa, escuchábamos la versión
de Bunbury de la canción Frente a Frente (2009). Recordé la versión que le había
hecho la banda Circo en su disco Cursi (2007) y conecté mi celular.
Algunas canciones tienen su mímica: quien haya sido
adolescente lo sabe. Ponerle mímica a una canción no da trabajo, pero el arte
se encuentra en hacerlo bien, no tanto que no sea over the top, desbordado, como ponerle suficiente pega histriónica a la canción.
Por ejemplo, en un show de dragas, una canción sin mímica sería impensable para
una artista que se precie. Si se quiere hacerla desbordada, es válido, pero
hay que recorrer todos los pasos, como La Fan. Hay que subirse a la silla y
canalizar a Bunbury, reinterpretarlo con el pelo y las pantallas y los gestos y los tacos,
a un nivel que, cinco años después recuerdo, sonrío y pienso: ahí iba una
chica encaminada.
Un ejemplo
glorioso es Letal (Miguel Bosé) en la película Tacones Lejanos, de Almodóvar. En esta escena interpreta una canción que, en la trama, cantaba el personaje Becky del
Páramo cuando era joven, quien en ese momento la ve desde el público.
Mi
parte favorita, sin embargo, es cuando la cámara toma a tres travestis de fondo,
que, al hacer la mímica con el perfecto arrobo de los fans, subvierten el tono dramático de
Letal: las que imitan la que imita a Becky.
La mímica, por cierto, es el germen del camp.
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