miércoles, 7 de junio de 2017

Diez años de Virides

Hoy mi blog cumple una década. ¡Uéee!

Recuerdo el primer post que realicé. El verano siempre me deprimía porque todos se iban de viaje y me aburría como ostra en mi part-time. La universidad quedaba inerte como un largo minuto de silencio, brevemente interrumpido por el día de graduación. En 2007 los blogs personales estaban en su apogeo y llevaba ya varios años con deseos de hacer uno. En 2002 conocí una muchacha canadiense que tenía un blog muy bonito, diseñado por ella, llamado Luvliness. En él colocaba unos widgets de chicas espigadas cuyo código se podía copiar y pegar en blogs o websites personale. Pero para eso había que tener compromiso: no suelo comenzar un proyecto y abandonarlo a los pocos meses. No quería comenzar un blog y relegarlo al olvido al mes.

Los tiempos han cambiado. Los blogs personales ya no son cool. La gente se ha movido a las redes sociales: sígueme en Instagram, Twitter, TikTok, o en mi canal de YouTube. Yo no tengo ninguna: no estoy ya en el rango de edad, digo, aunque para tener followers no hace falta un estar en un rango específico de edad, sino interés.


Mi blog en 2012.
Virides siempre ha sido verde (excepto la vez en que fue blanco y negro, o rojo y verde) pero en 2007 parecía un blog de botánica, porque en el encabezado colocaba flores del jardín de mi abuela. Tuve que aprender a tomar fotos: las primeras eran desenfocadas, borrosas. La primera foto que publiqué era de la cámara de mi computadora. Echando a un lado las flores y mi amor por ellas, todos los elementos formaban parte de un estilo en desarrollo: un color, unas imágenes específicas, un nombre sencillo y breve, fácil de recordar. 

Siempre he dicho que es mi bebé. Hipólito, el transeúnte que ayuda a Damiana en la primera versión de esa novela que dejé inconclusa por ahora, diría que es mi artilugio. Diez años de andar trabajando en algo te da un vínculo especial con tu creación. Lo único que no hice fueron las tabletas del encabezado. El resto: los tags, la medida de todos los elementos, la paleta de colores, el layout, el Favicon (el cuadrito verde junto a la dirección física del blog) y claro, la verborrea errática, son míos.

No creo que dure diez años más. Tal vez su propia longevidad y falta de objetivo acaben con él. Mientras tanto, seguirá aquí, y yo con él, pa quien quiera venir.